viernes, 5 de junio de 2009

Huellas de un beso...


Huellas de un beso


No sé por qué tus labios me despiertan

besos lejanos que jamás me diste;

no saben desterrarlos, o no aciertan

a dejarlos dormir. Cuando viniste,

rozándome la carne, de puntillas,

nadie te vio, nadie escuchó tu paso,

sino un temblor ligero en mis rodillas,

trémulo de enfrentarme a otro fracaso.

Cuántas veces idéntico sendero

nos conduce a dispares objetivos,

y en el nuevo, no vemos que el primero

aún nos mantiene en su poder cautivos.

Y no sirve pensar que lo pasado

pasado está, que nunca ha de volver;

ayer, más que un diseño ya borrado,

es espectro que vuelve a aparecer

Y así fluye la vida, una amalgama

de incidentes que fueron, y que son,.

que no se desvanecen; una trama

de dolores, de olvidos, de ilusión;

como rosa que cada primavera

asiduamente en el rosal florece,

nube inquieta, incesante viajera,

estrella que a la aurora palidece.

Quizá tus besos son evocadores

de nube transeúnte, antigua rosa,

o estrella cuyos últimos fulgores

se extinguieron, y duerme silenciosa.

Hay tanto nuevo en cada beso, hay tanto

que arrastramos de antiguo,

tanta vida,tanto de gozo, soledad y llanto,

tanto de acogedor y despedida,

que un beso no es un beso solo, aislado,

es una larga historia enmarañada

aflorando a un presente arrebatado,

que abraza todo, y que no olvida nada.
//
Poemas de Francisco Álvarez


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